viernes, 24 de mayo de 2013

Gustavo Cerati cumple 3 años en coma y no muestra mejorías, revela Charly Alberti.

A tres años de que el músico y cantante argentino Gustavo Cerati haya caído en “coma”, su condición es “clínicamente estable”, de acuerdo con el último informe médico.

La carrera del cantante Gustavo Cerati se vio truncada el 15 de mayo de 2010, cuando un accidente cerebrovascular lo hizo caer en un coma profundo y lo dejó conectado a una máquina que, a la fecha, le ayuda a respirar. Todo empezó como un desmayo, luego de una presentación en el campo de fútbol de la Universidad Simón Bolívar en Caracas, Venezuela.

Tres días después, el 18 de mayo, el neurólogo Vladimir Fuenmayor confirmó que Cerati sufrió “un evento vascular isquémico, con afasia de expresión”. Y aunque lo intervinieron quirúrgicamente y uno de los médicos que lo atendió afirmó que Gustavo “no volvería a ser el mismo”.

Gustavo Cerati no ha presentado cambios neurológico ni "intercurrencias agudas", es decir, complicaciones o enfermedades derivadas de su actual estado de salud que es "clínicamente estable". Tampoco tiene nuevas lesiones. Recibe terapia de "movilización kinesiológica pasiva" y estimulación permanente en las "áreas de terapia ocupacional y musicoterapia", indicó el más reciente parte médico.

Cuentan que una vez, al colocarle una grabación de su padre le subieron las pulsaciones, por lo que tuvo que ser descartada esta estrategia para estimularlo.
Familiares comentan que cuando llega su madre, Gustavo mueve la cabeza hacia su lado. Cuando le piden que trague saliva lo hace, al igual que cuando lo visitan sus amigos.

El exbaterista de Soda Stereo sostuvo que “nada indica mejoría, pero tampoco que esté peor”, sobre el rockero argentino.

México. A pocas semanas de que Gustavo Cerati cumpla tres años en estado de coma, el exbaterista de Soda Stereo,Charly Alberti, informó que “no hay nada que indique queCerati está mejorando”. La información, difundida por Radio Fórmula de México y replicada por los medios de Latinoamérica, se ha convertido en trending topic en países como el Perú, donde el músico argentino tuvo éxito.

“Sé que Gustavo sigue en el mismo estado. Es una pena enorme la que sentimos todos, yo como su hermano, es muy doloroso lo que estamos pasando, pero desgraciadamente no hay novedad positiva. Está estable, es una cuestión de fe y esperamos que con el tiempo un día tengamos la bella noticia”, dijo el baterista a la mencionada emisora azteca.

Fuentes:
http://peru.com/entretenimiento/musica/gustavo-cerati
http://www.telesurtv.net/articulos/2013/05/15/musico-gustavo-cerati


Me falta una firma para morir dignamente

“Ella no podía desarrollar nunca más sus capacidades motrices, el tiro que le propinaron en la cabeza, le ocasionó muerte cerebral”, comentaba el médico José Luis Botero a su entrevistador mientras le relataba la triste y desconsolada historia de Jessica, una joven de la comuna 13, quien en un enfrentamiento entre dos pandillas de su barrio  fue alcanzada por una bala perdida.

El doctor José Luis se paraba al frente de la cama de aquella mujer, le chequeaba los signos vitales como todos los días, observaba a la familia de la paciente, que como de costumbre estaban puntuales a diario para asistir al horario de visitas. A pesar de que vivían demasiado lejos del hospital Pablo Tobón Uribe, cada mañana regresaban con las mismas esperanzas de encontrar a Jessica despierta o con cualquier indicio de que se estaba recuperando.

Al salir de la habitación, el rostro del médico estaba descompuesto, miró al entrevistador y las palabras de su boca salieron con rabia y sufrimiento: “Es absurdo que una familia tan pobre esté sacrificando tantas cosas por mantener a su hija en este hospital, aun sabiendo que ella no se recuperará jamás, aferrándose a esas falsas esperanzas cuando ya no hay vuelta atrás”.

Este doctor como muchos otros en Colombia está de acuerdo con el derecho a morir dignamente, y es uno de los pioneros en las campañas y manifestaciones a favor de legalizar la eutanasia en este país.

El doctor Botero indignado por los procesos que se realizan en nuestro país, afirma que el congreso en Colombia lleva ya mucho tiempo estudiando este tema, y ésta es la hora donde existen demasiados pacientes no viviendo, sino existiendo biológicamente y el gobierno no les tiene  ninguna respuesta.


Resignado concluye diciendo: “Solo el tiempo acabará con su limbo, solo el tiempo acabará con su penuria, pero tendrán que esperar largo tiempo, para salir de este letargo, para salir de este sueño; porque aunque quiero, mis manos están atadas y no puedo liberarlos de su tortura”.


Viviana Marcela Ruiz Ruiz.

¡Comercial Derecho a Morir Dignamente!



Si la vida es un derecho, ¿por qué la muerte no lo es?
   




El Estado no debe imponer que una persona debe "vivir" así esté postrada en una cama sin esperanza alguna de poder recuperarse. 

El sueño para que mi angelito descanse en paz. (Texto Narrativo)


Hoy 10 de mayo de 2013 es el cumpleaños de mi hija Isabela, ya son tres años cumplidos de aquel tan anhelado día donde finalizó la espera. Todo estaba preparado para el nacimiento de mi descendiente, desde el nombre que le pondríamos hasta sus diminutas mediecitas de color azul cielo, todos estábamos muy entusiasmados por ver a la nueva integrante de la familia. Mi esposa ya había cumplido 37 semanas de embarazo y nuestro médico nos informó qué hacer en el momento que tuviéramos la intuición de que Isa ya nacería.

Sandra mi esposa, me despertó a las 03:00 de la madrugada. En medio de gritos de dolor y contracciones solamente me dijo “presiento que llegó la hora”. Me tranquilicé y la ayudé a bajar hasta el carro, me tenía el brazo apretado realmente fuerte, como muestra de eso quedé con una marca impresionante. Conduje durante 25 minutos hasta llegar al hospital Pablo Tobón Uribe en Medellín, debido a la hora no hubo problemas por el tráfico, al llegar a urgencias nos atendieron  inmediatamente e ingresaron a las dos mujeres de mi vida a la sala de parto.

Tenía muchísima impaciencia, debido a que no recibía noticias de parte del personal médico. No fui capaz de quedarme quieto y salí a fumar un cigarrillo, ya eran las 04:10 de la madrugada y me senté en la sala de espera, hasta que por fin salió una enfermera. “Ya puede ingresar don Ramiro” fue lo único que pronunció y siguió su camino para continuar cumpliendo con su turno de trabajo.

Ingresé a la sala de parto, mi corazón se aceleró, casi me pongo a temblar, estaba a varios pasos de ver a mi hija, de poder acariciarle su perfecto rostro y admirar su diminuto cuerpecito. Me acerqué a mi esposa, la vi realmente agotada y sudando debido a todo el esfuerzo que realizó, lo que me pareció raro fue que no tuviera entre sus brazos a la bebé. Sandra tenía la cabeza agachada y la nariz muy colorada. Me acerqué despacio y  pude notar que mi esposa estaba tendida en un llanto impresionante, se tapaba la boca con un pañuelo y no tuvo palabras para hablarme, solamente tendió sus brazos en mis hombros y me abrazó.

Una enfermera estaba en la habitación, me dirigió hacia afuera y me informó todo lo que sucedió. El parto trascurría con total normalidad y en ningún momento se pensaba en la opción de la cesárea ni ninguna otra complicación. “Excepto qué al momento de nacer, la niña no daba ninguna señal de vida y tras una pronta revisión se llegó al diagnostico de que tiene muerte cerebral” fue lo último que pronunció. En ese instante mi vida se derrumbó, quedé paralizado y sin una sola palabra, dejé de escuchar y percibir todo lo que pasaba a mí alrededor, escuchaba cada latido de mi corazón, me puse realmente pálido y sentí un vacío enorme.

Me senté en el suelo inmediatamente y la enfermera pidió ayuda debido a que me dio un bajón. Fue solo tomar agua y ya estaba consiente de nuevo, pero no quería dirigirle la palabra a nadie solamente quería ver a mi hija. Me dirigí hacia la sala de incubación y antes de entrar respiré profundo, cerré mis ojos e hice una oración. Me indicaron cuál era la incubadora donde estaba Isa, me acerqué lentamente y lo primero que vi fue la etiqueta “Isabela Bernal Díaz 10/05/10”.

La miré y estaba preciosa, un ser perfecto y delicado. Le resaltaba el conjunto azul cielo que tenía puesto, sobre todo su gorrito, las medias y los guantes. Todo se lo había obsequiado la abuela un mes antes. La detallé completamente, era blanca igual a mí, recuerdo aquella naricita perfecta y carita pulida, se me salieron las lagrimas de inmediato. En ese instante mientras la miraba me puse a pensar en todos los momentos que había planeado antes junto a ella. La primera vez que la cargaría, cuando diera sus primeros pacitos, el momento en que empezara a pronunciar sus primeras palabras, cuando me dijera papá, aquel día en que la llevaría a la escuela, le ayudaría con sus tareas, la llevaría a comer helado, celebraría su cumpleaños junto a la familia, miles y miles de momentos que jamás se harían  realidad.

Con solo verla ahí tendida tras ese vidrio, sin poder moverse, me destrozaba el alma. Me sacaron de la sala debido a que estaba en shock y por consiguiente en riesgo de sufrir algún ataque. El médico que me atendió fue el mismo que intervino a mi mujer al dar a luz, entonces me explico todo lo que estaba sucediendo. Debido al problema con el que nació Isa, tuvo que ser conectada a un respirador artificial, no podía poner en funcionamiento ninguna de las partes de su cuerpo, era algo incurable y por ley no se le podía desconectar de su respirador artificial.

Algo que me dejó realmente impactado e indignado, y solo le pregunté al doctor. ¿Por qué tiene que permanecer conectada mi hija, a pesar de que sabemos que no va a salir de ese estado? ¿Por qué debemos esperar años indescifrables hasta que ella muera por una complicación? El médico solamente me respondió “Es algo que no decido yo”. Así transcurrió aquel día que se puede considerar el peor de mi vida. 

Desde aquel momento hasta hoy han pasado 1.096 días en los que me ha tocado ver a mi hija postrada en una cama sin esperanzas de poder levantarse, 26.304 horas de incesante sufrimiento por saber que mi Isa está ahí inmóvil con su destino ya sentenciado.

Se supone que hoy debería ser un día especial por el cumplimiento de sus tres añitos de vida. Pero es algo lamentable que sean tres años sin poder ver que muestre algún signo vital, lo más triste es saber que no puede tener una muerte digna debido a que el Estado considera que desconectarla es un asesinato y por consiguiente un delito que es penalizable.

Mi esposa Sandra Díaz y yo Ramiro Bernal, somos dos promotores de la aprobación de la eutanasia en Colombia. Un método para que las personas además de nuestra hija, tengan una muerte digna y sin ningún sufrimiento. Lideramos el  movimiento en la ciudad de Medellín que se manifiesta mediante redes sociales, marchas y protestas pacíficas en pro de este procedimiento, nos hemos expandido hasta tener compañeros representantes en Bogotá, Barranquilla, Ibagué y Bucaramanga. Estamos en una lucha constante sin cesar a las actividades del grupo social. Permanecemos a la espera de que se tome esta decisión que beneficiará y dejará descansar a muchas familias como a sus seres queridos que se encuentran en un constante 

Alejandro Arboleda Hoyos.

El Nobel de Medicina Christian De Duve elige la eutanasia para morir.

El bioquímico Christian De Duve, premio Nobel de Medicina en 1974 gracias a sus descubrimientos acerca de la estructura y el funcionamiento de la célula, falleció el pasado sábado en Bélgica a los 95 años, según ha informado hoy lunes el diario Le Soirque señala además, citando fuentes familiares, que De Duve eligió la eutanasia para morir, tras ver cómo se deterioraba de una manera importante su salud en los últimos meses. El Nobel será incinerado "en la más estricta intimidad" y se organizará un homenaje público en memoria del científico el próximo 8 de junio.

Para el primer ministro belga, Elio di Rupo, se ha ido un científico "excepcional, cuyo trabajo ha supuesto grandes avances para la medicina" y un hombre "comprometido, que estaba ansioso por contribuir con el progreso humano", según un comunicado del Gobierno del país.

El científico comenzó sus estudios en torno a la insulina, tras lo que se centró en la bioquímica y, en particular, en desentrañar los secretos de las células; un trabajo que le supuso el reconocimiento del Nobel en 1974, junto a Albert Claude y George Emil Palade, premiando así sus hallazgos sobre la organización estructural y funcional de la célula. En palabras de Di Rupo, el galardón fue "la justa recompensa a una carrera ejemplar, caracterizada por un deseo implacable de elevar el nivel de conocimiento".

Bélgica es el país en el que De Duve desarrolló la mayor parte de su carrera profesional como investigador en Lovaina, aunque también trabajó en Estados Unidos en los laboratorios de la Fundación Rockefeller en Nueva York. 

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